Tocarse, acariciarse y explorarse son formas muy sanas de conocer tu cuerpo y aprender a identificar qué es lo que te gusta y lo que no en una práctica sexual. La exploración podemos realizarla todes: algunas veces solxs, otras acompañades, pero si es el segundo caso, siempre tiene que ser de forma consensuada y ocurrir en un contexto en el que te sientas segurx.
Lo mismo pasa en ámbito digital, el
sexting es un un ejercicio de exploración del propio placer y el de nuestras parejas estables o casuales. Al igual que cualquier encuentro sexual entre dos personas adultas se basa en acuerdos y consentimiento. Es importante tener claro que estas prácticas tienen que ser entre iguales, sino puede ser una forma de ejercer violencia.

Los confinamientos por el Covid-19 nos han llevado a resguardarnos en casa y las redes sociales han sido un buen canal para comenzar a experimentar sobre lo que nos gusta y lo que no y compartir experiencias placenteras a distancia.
Nos parece muy importante que seamos conscientes de la huella digital que podemos dejar en Internet al realizar estas prácticas.

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